¡Oh San Juan Bosco, padre de la juventud! Tú que supiste durante tu vida mortal, educar a los niños y a los jóvenes, el santo amor de un padre y la ternura de una madre, te ruego tomes bajo tu protección a mis hijos. Enséñales a cumplir sus deberes, hazlos dóciles y obedientes para que sean consuelo de sus padres. ¡Oh Don Bosco: a tú acudo con el corazón lleno de mil inquietudes, tú sabes qué difícil es hoy educar moralmente a los jóvenes y qué tremenda es la responsabilidad de los padres. Ven pues, en mi auxilio; ayúdame a salvar a mis hijos; líbralos de todo mal, no los abandones para que puedan alcanzar la salvación. Amén.
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