Poderoso bendito y glorioso Ángel del Señor, santo guardián y protector de mi alma y cuerpo, que me rodeas y defiendes ante las desdichas, en este día, esta noche, mañana y siempre, sé una llama brillante cerca de mí, sé una estrella que me oriente encima de mí, sé un suave sendero delante de mí, sé un benévolo pastor detrás de mí. Poderosísimo Ángel del Señor, necesito con toda urgencia que acudas junto a mí, sana mis angustias, aleja mis preocupaciones, dame tu mano y guíame ahora que estoy necesitado, no permitas que sufra más,
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