Señor mío Jesucristo, tu que eres bondad y eterna misericordia, tu que tanto nos amas, ayúdanos a ser humildes de corazón y de espíritu, de forma que sepamos ser tan pequeños como San Francisco de Asís y Santa Clara, que no hagamos ruido por los lugares por donde pasemos, que no parezca que estamos, pero sin embargo que hagamos tu gran trabajo y sobre todo Señor, que llevemos el amor fraterno en donde quiera que nos encontremos. Amén. SUSCRIBETE AHORA PARA RECIBIR CADA DIA LAS ORACIONES MAS PODEROSAS
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