Milagrosa y santa María Magdalena, discípula y seguidora fiel de Cristo llena de su gracia, que a pesar de tus pecados, y por tu sincero arrepentimiento y generosa penitencia, fuiste perdonada, purificada y renovada por el Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, porque tus faltas solo fueron por amor, y por amor venciste todos los obstáculos, quiero pedirte que seas mi abogada y protectora ahora que sufro y lloro por la ausencia de la persona amada.
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