Dame, Dios mío, mano firme y mirada vigilante para que a mi paso no cause daño a nadie. A ti, Señor, que das la vida y la conservas, suplico humildemente guardes hoy la mía. Libra, Señor a quienes me acompañan de todo mal, incendio o accidente… Enséñame a hacer uso de mis manos para remedio de las necesidades ajenas. Haz, en fin, Señor, que no me arrastre el vértigo de la velocidad… y que siga y termine felizmente mi camino. Te lo pido Señor, por los méritos de tu Santísimo Hijo Jesucristo, y por la intercesión de la Virgen María. Amén.
reflexiones espirituales cortas,reflexiones espirituales escritas,que es reflexion espiritual,reflexiones espirituales catolicas,reflexiones espirituales para jovenes,reflexiones espirituales cristianas,reflexiones espirituales para el alma,reflexiones espirituales habladas,