Gloriosa Virgen y Mártir Santa Lucia, a quien previno el Señor desde la tierna infancia con las bendiciones de su gracia eligiéndose al Eterno Padre por digna hija suya, el hijo soberano por esposa amada y el Espíritu soberano por su agradable habitación, suplico Santa María me alcancéis de la beatísima Trinidad un fervor devoto, y así como vuestra dichosa alma empezó a servir a Dios inflamada de los ardores de su amor, no desistiendo de tan noble empeño, hasta llegar a poseerla laureada de las dos coronas de Virgen y Mártir; así consiga yo mediante vuestra intercesión poderosa,
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