Bendecid ¡Milagrosa Madre!, nuestros hogares, nuestras fatigas y nuestros sudores. Alejad de nosotros la ruina y todo aquello que impida nuestra prosperidad, dadnos lo necesario para abrir nuestros caminos a la prosperidad y al éxito, haced que consigamos un trabajo bien pagado, que los negocios crezcan y triunfen, no dejéis que la miseria, las necesidades y carencias nos agobien en nuestros hogares, ayudadnos para que las deudas y pagos no se acumulen y podamos hacerlas frente sin problemas;
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