Mi Dios, El Salvador del mundo, el Salvador del alma, el Salvador de todo, hoy me dirijo a ti únicamente para agradecer tus gracias infinitas, la atención que todo el día nos das, las emociones, las historias que nos dejan bellos recuerdos, los alimentos que tanto nos hacen gozar, nuestros seres queridos que son lo mejor que pones en nuestras vidas. En tu santo Nombre me encomiendo ¡Gracias señor, eternamente gracias! Padre desde el centro de mi corazón tú lo conoces muy Bien señor ¡Siempre te quiero conmigo!! Esperando repuestas de tu parte me despido diciéndote. Amén en el Nombre de Jesús.
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