¡Milagrosa Amabilísimo Jesús, Manso Cordero de Dios! Yo, miserable pecador, saludo y adoro la Sagrada llaga en vuestro hombro, Donde habéis cargado la pesada Cruz. Seguir leyendo En esta Sagrada Llaga, Vuestra carne fue tan desgarrada, Que hasta el mismo hueso quedó expuesto a la vista; y esto, a su vez, os ha causado una angustia profundísima. Esta aflicción fue más aguda Que todas las demás heridas, en vuestro benditísimo Cuerpo. ¡O mi afligidísimo Jesús! os adoro; os alabo; os glorifico y os doy gracias por esta Sagrada y muy dolorosa herida. Por medio de ese agudísimo dolor, y por el aplastante peso de la ponderosa Cruz, os suplico que tengáis misericordia de mí que soy un pobre pecador,
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