Ángel de Luz, tu que brillas para mí y junto a mí. Tú que haces de tu ser el mío, dejándome por tus ojos ver, y con tus alas volar, para así andar el camino correcto, y de las caídas poderme levantar. Ángel de Luz, tú que suavizas mis dolores, con la sutileza y el vaivén de tus mágicas alas. Tú que me velas mi sueño, tú que cuando tengo miedo me susurras al oído: “Aquí estoy, no temas”. Ángel de Luz, Tú mi eterno, en el Sol, en la Luna, en el viento, en el fuego, en la tierra y en el aire Tú mi descanso y mi sonrisa. Gracias por existir. Gracias a Dios por tú…
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