Profesora Grahasta

El trabajo, Señor, de cada día nos sea por tu amor santificado, convierte su dolor en alegría de amor, que para dar tú nos has dado. Paciente y larga es nuestra tarea en la noche oscura del amor que espera; dulce huésped del alma, al que flaquea dale tu luz, tu fuerza que aligera. En el alto gozoso del camino, demos gracias a Dios, que nos concede la esperanza sin fin del don divino; todo lo puede en Él quien nada puede. Amén.

Vengo delante de ti Dios clemente y misericordioso, que muestras tu poder Te pedimos, Salvando a tu pueblo de las cadenas del maligno, De la esclavitud del pecado y del dominio de la muerte. Me arrodillo señor Mira a tus hijos en oración y concédeles que, Fortalecidos con tu gracia, se dispongan A combatir el combate de la fe. Sabes que tu Hijo, Jesucristo, vencedor de las tentaciones, Del pecado y de la muerte, nos una en una misma esperanza Y nos ayude a perseverar juntos hasta que lleguemos A la patria del cielo, donde reinaremos con Él. Salvados padre que vive y reina por los siglos de los siglos. En el nombre de María la Virgen Amén.

Te doy las gracias porque permites que los Ángeles y Arcángeles estén siempre conmigo brindándome sus consejos llenos de amor a través de mis sueños, la música, los números, las frases, los sentimientos y las sensaciones de amor que ellos pondrán a mi encuentro. Padre amado, te doy gracias por permitirme escribir en esta nueva página de mi vida, te pido que seas tu quien guíe mis pasos para que cada día eleve más mi vibración a tu amor para obtener todas las bendiciones económicas y prosperar grandemente en tu nombre padre celestial. Te pido Padre, que abras mi entendimiento y percepción a las señales divinas para que mis sentidos estén totalmente abiertos y atentos a su recepción. Gracias Padre por cada bendición ya concedida en el nombre de Jesús.

 ¡Amadísima Madre  Santísima y dulcísima virgen María, Madre de Dios, hija del sumo rey y Señora de los Ángeles, Madre del Creador de todos, Reina de las misericordias, inmenso abismo de piedad! Tú recibes bajo tu protección y amparo a todos los que afligidos te invocan, como los refieren las historias y pregonan los que en todos los tiempos han implorado tu patrocinio visitando devotamente tus templos, y especialmente,  el santuario de la imagen de Regla, en que parece has querido  ostentar más tu poder y caridad, pues en este templo, y por ésta, tu imagen, todos hallan su remedio y consuelo. Los navegantes en las mayores tempestades, invocándote como señora de Regla se libran de tan manifiesto peligro y en las navegaciones más dilatadas y peligrosas, haciendo voto a tu santuario de Regla, logran con felicidad el puerto que desean. Los perseguidos por sus enemigos se salvan por la devoción a ésta tu imagen. Los enfermos de

Santo eres mi señor Jesús, dulce memoria, fiel consuelo, Que dad gozo y placer al alma pura; Más dulce que la miel es la dulzura De tu dulce presencia, Rey del cielo. Te glorifico padre de Israel Ni la voz el decirlo es practicable, Sólo por experiencia se penetra, ni llegarlo a explicar puede la letra; Que es amar a Jesús, bien inefable. Señor Nada se oye que dé más regocijo, Nada puede la voz cantar más suave, Nada pensar más dulce el nombre sabe, Que Jesús amoroso de Dios Hijo, Bendice mi Petición, Jesús, nuestra esperanza, ¡qué piadoso Eres al que te pide humildemente! ¡Qué bueno al que te busca diligente! Y el que logra hallarte, ¡que dichoso! Sed, pues, nuestro placer, Jesús amado, Que has de ser galardón del alma pía; Sea en ti nuestra gloria y alegría Por siglos y por tiempo interminado. En el Nombre de todos los santos Amén.