“Te doy gracias, Señor, porque puedo trabajar. Bendice mis labores y las de mis compañeros. Danos la gracia de conocerte a través del trabajo de todos los días. Ayúdanos a ser servidores incansables de los demás. Ayúdanos a hacer de nuestro trabajo una oración. Ayúdanos a descubrir en el trabajo una posibilidad de construir un mundo mejor. Maestro, como el único que puede saciar nuestra sed de justicia, concédenos la gracia de liberarnos de toda vanidad y de ser humildes. Te doy gracias, Señor, porque puedo trabajar. Amén."
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