Señor mío Jesucristo, lleno de amor y de clemencia, yo me inclino ante tí, y me presento ante tu majestad para implorar tu misericordía y bondad. Dignate a escuchar mis plegarias y bendice, te lo ruego, esta empresa por tu virtud todopoderosa. Es la gracia que te pido, en el nombre de tu hijo, que reina contigo y del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
reflexiones espirituales cortas,reflexiones espirituales escritas,que es reflexion espiritual,reflexiones espirituales catolicas,reflexiones espirituales para jovenes,reflexiones espirituales cristianas,reflexiones espirituales para el alma,reflexiones espirituales habladas,