Poderoso Mi Señor Jesucristo, verdadero Dios hombre, que sufriste por toda la raza humana, que fuiste insultado, torturado y clavado a la Santa Cruz, que encomendaste Tu Espíritu al Padre Eterno, y venciendo a la muerte, resucitaste, gloriosamente el tercer día. Postrado a tus pies yo, con sincero arrepentimiento de mis pecados, te pido, Señor, concédeme la paz mental que necesito tanto, aleja mi corazón de los malos deseos, malos pensamientos y malos sentimientos, para que así, con la mente limpia, me puedas conceder el gran favor que en este momento te pido: (Hacer la petición) Permíteme Señor, la paz del alma, que siempre esté unida a Ti en mis acciones, mis palabras, mis pensamientos, Señor, que sea fiel a tus enseñanzas, sin olvidar nunca tus santos consejos. Líbrame de la tentación por tus cinco heridas te lo ruego, Señor Jesús, para iluminar mi Espíritu, para purificar mi alma y mi cuerpo...
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