Glorioso san Pancracio, te pido humildemente que intercedas por mi ante el Señor y me concedas los dones preciosos de la salud y el trabajo. Haz que conozca los secretos ocultos que conducen a obtener la salud, para que de esta manera pueda yo corregir mis errores y darte gracias infinitas por ello. Hoy, al recordarte en este momento tan crucial de mi vida, te nombro mi abogado defensor, para que así logre la alegría de vivir a través de una buena salud y un trabajo digno, estable y bien pagado.
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