Dios mío, cuyo principio es apidarse y perdonar al pecador.
Acoged benigno mi plegaria, y haced, por vuestra clemencia y piedad, que
yo y cuantos estén atados con el lazo de la culpa, sean desatados y
absueltos. También os ruego, Señor, que mediante la intercesión del
glorioso mártir San Cipriano, seámos libres de todo maleficio y poder
del maligno espíritu.
Amén.

Comentarios
Publicar un comentario