"Adorabilísimo Jesús, inagotable fuente de clemencia: Así como te
dignaste curar el paralítico que te salió al encuentro, diciéndole:
Levántate, toma tu cama y vete a tu casa"; así te suplico te dignes
curar a (se dice aquí el nombre)., que con todo fervor te lo implora.
No
desoigas su plegaria, y reverente te saludará con los ángeles del
paraíso, diciendo: Santo, Santo, Santo es el Dios de los ejércitos, a
quien veneran todas las naciones.
Amén."
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