"Aunque nuestra boca estuviera llena de canto como el mar; y nuestra
lengua de júbilo como el bramido de sus olas; y nuestros labios, de
alabanza como la amplitud del firmamento; y nuestros ojos
resplandeciesen como el sol y la luna; y nuestros brazos se extendiesen
como las águilas de los espacios; y nuestros pies fuesen ligeros como
los de los cuervos... no alcanzaríamos a agradecerte, Adonai, Dios
nuestro y Dios de nuestros padres, y a bendecir tu Nombre ni una
infinitésima parte, por los beneficios que hiciste a nuestros padres y a
nosotros.
Amén"
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