¡OH,
dulce Nombre! Nombre de Jesús, nombre de la vida, de la salud, de la
alegría, del bien, del amor; nombre precioso, regocijador, glorioso y
agradable; nombre que fortifica al pecador; nombre que salva, conduce,
gobierna y conserva todo. Haced, piadosísimo Jesús, que por la fuerza de
este dulcísimo Nombre se aleje de mí el demonio. Iluminadme, Señor,
pues estoy ciego; disipad mi sordera, enderezadme, pues soy cojo;
devolvedme la palabra pues soy mudo; curad mi lepra, devolvedme la salud
y, en una palabra resucitarme, pues estoy muerto.
Dadme la vida y
rodearme por todas partes a fin de que abroquelado y fortificado con ese
Santo Nombre viva siempre en voz, alabándoos y honrándoos, por cuanto
todo es debido y sois e l mas digno de gloria. Piadosísimo Jesús,
concededme los bienes y la tranquilidad que gozan tus elegidos, y haz
que huya el demonio de mi lado; cúrame las enfermedades que padezco,
físicas y morales, y bendeciré tu nombre con la misma fe que ahora, lo
hago, sin saber si soy digno de tu piedad;
Siempre estarás en mi
corazón, aunque no me compadezcas, y estoy seguro, de que, con mi
adoración, aunque no me oigas, si no gozo por lo menos no sufriré, por
que el demonio huirá de mí por no escuchar sin rabia y desconsolado mi
plegaria hacia ti, llena de humildad y cariño. Bondad tan santa como la
tuya no dejara de extenderse hasta este pecador, que te ruega y suplica
con toda su alma, corazón y vida, lo tomes bajo tu protección y amparo
para que sea libre de tentaciones para que pueda vivir y morir en tu
Santa Gracia.
Amen.
Amén amén amén que así sea
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