OH, Grandioso Buda, hoy que
llegas a mi casa para mejorar mi suerte, os abrazo con el fervor de mi
corazón atribulado, de hoy en adelante serás el ángel de mi guarda, pues
sé que me ayudaras en todo lo que te pida.
Y mi espíritu rejuvenecerá en alabanza al Todopoderoso. Tú te dedicaste en cuerpo y alma a adorar a Dios y fuiste colmado de grandiosos privilegios, siervo de Dios, ayúdame.
Tu das techo, das luz a los que no ven, haces hablar a los mudos, haces andar a los paralíticos, haces llegar paz a los hogares, a mi me darás salud, suerte, dicha, fortuna y que en mi hogar no haya contrariedad alguna.
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