Oh, Dios, Santo y misericordioso! Yo te suplico, por la fuerza y virtud
de tus setenta y dos sagrados nombres, por la fuerza y virtud de Nuestro
Señor Jesucristo, y por el mérito y virtud de la Santísima Virgen
Maria, que me preserves de la maldad de mis enemigos, así visibles como
invisibles, y pidote me apartes de toda clase de peligros y me concedas
la gracia de penetrar en lo más recóndito de las criaturas para que
pueda ver o adivinar sus malos pensamientos, y así evitar sus efectos. Amen. Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame, Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, purifícame.
Pasión de Cristo, confórtame. Oh, mi buen Jesús!, óyeme.
Amén.
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