Amado Arcangel San Rafael, tu que eres la medícina de Dios, te ruego que derrames sobre mí todos los poderes y potencias que la Divina Voluntad te ha querido conferir desde el principio de los tiempos, a fin de que estas heridas sean prontamente sanadas y no causen mayor problema que el inherente a su causa efecto. Por tanto abrigado por la intercesión de la Virgen María Santísima, te ruego que por su intercesión te dignes a enviar tus rayos de sanación sobre mis heridas. Lo que pedimos con completa confianza en Nombre de Aquel cuya toda rodilla se dobra en el cielo y en los infiernos.
Amén.
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