¡Oh Isis!, Madre del cosmos, raíz del amor, tronco, capullo, hoja, flor y semilla de todo lo que existe.
A ti fuerza naturalizante te conjuramos.
Llamamos
a la reina del espacio y de la noche, y besando sus ojos amorosos,
bebiendo el rocío de sus labios, respirando el dulce aroma de su cuerpo,
exclamamos: ¡ oh Nuit !, Tú eterna deidad del cielo, que eres el alma
primordial, que eres lo que fue y lo que será.
Isis,
a quien ningún mortal ha levantado el velo, cuando tu estés bajo las
estrellas irradiantes del nocturno y profundo cielo del desierto, con
pureza del corazón y en la flama de la serpiente, ¡ te llamamos !
RAM-IO; RAM-IO; RAM-IO
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