Oh
Santa Marta dichosa, que tantas veces tuviste el honor y la alegría de
hospedar a Jesús en el seno de tu familia, de prestarle personalmente
tus servicios domésticos, y que juntamente con tus santos hermanos
Lázaro y María Magdalena, gozaste de su divina conversación y doctrina,
ruega por mí y por mi familia, para que en ella se conserve la paz y el
mutuo amor, para que todos sus miembros vivan en la observancia de la
Ley de Dios, y para que sólo Dios, y no el mundo ni el pecado, reine en
nuestro hogar.
Libra
a mi familia de toda desgracia espiritual y temporal, ayúdame en el
cuidado de mis hijos y subordinados, y concédeme la dicha de verlos
unidos bajo la mirada paternal de Dios en la tierra, para volver a
verles reunidos en las moradas del cielo.
Así sea.
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