Poderoso señor Jesús, Espíritu
Santo, Dios de Amor, mírame en esta circunstancia difícil en que se encuentra
mi vida y ten compasión de mí. Confiadamente acudo a Ti, pues sé que eres Dios
de bondad y manantial de amor.
Aquí Vengo a Ti, clamándote señor
la oportunidad de buen empleo señor lo necesito urgentemente pues sé que no hay
nada que no lo pueda lograr tu misericordia infinita. Acepto tus insondables
designios, aunque no los comprenda. Me abrazo a ellos con aquel fervor y
generosidad con que Cristo aceptó el Misterio del dolor en su vida.
Humildemente te pido, me des la
gracia de superar esta situación difícil, en este momento de mi existencia, y
que esta prueba, lejos de separarme de Ti, me haga experimentar con mayor
plenitud la omnipotencia de tu amor que limpia, santifica y salva.
Hágase en mí Tu Divina Voluntad
para crecer en el Nombre de Jesús…
En el Nombre de san Isidro Labrador Amén.
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