Poderoso Espíritu Santo, Dios de Amor, mírame en esta
circunstancia difícil en que se encuentra mi vida y ten compasión de mí.
Confiadamente acudo a Ti, pues sé que eres Dios de bondad y manantial de amor.
Hoy Vengo a Ti, pues sé que no hay nada que no lo pueda
lograr tu misericordia infinita.
Acepto tus insondables designios, aunque no
los comprenda.
Me abrazo a ellos con aquel fervor y generosidad con que Cristo
aceptó el Misterio del dolor en su vida.
Me conoces padre y vengo Humildemente te pido, me des la
gracia de superar esta situación difícil, en este momento de mi existencia,
y
que esta prueba, lejos de separarme de Ti, me haga experimentar con mayor
plenitud la omnipotencia de tu amor que limpia, santifica y salva.
Hágase en mí Tu Divina Voluntad con la gracias divina en tu
Santo Nombre Amén.
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