Amadísimo, glorioso Santo! Vos que fuisteis tan sufrido en
las adversidades, y tan amante de padecer, que, o perseguido, o calumniado, o
probado, todo lo soportasteis con admirable tranquilidad de ánimo: alcanzadme a
mí también el espíritu de fortaleza en todas las adversidades de la vida.
Cuanta necesidad tengo de la virtud de la paciencia: pues el
más pequeño trabajo me espanta; cualquier leve afición me fastidia, me resiento
y me enojo por la más pequeña contrariedad, y no conozco que por el camino de
las tribulaciones se va al Cielo! Por ese camino quiso andar Jesús, Nuestro
Divino Maestro, por el anduvisteis.
Voz también, oh, San Gerardo! Alcanzadme
pues, ánimo para abrazar gustoso las cruces que Dios me envía, haciéndome digna
de llevarlas con una paciencia y prontitud semejante a la vuestra, a fin de que
merezca después, justamente con Voz gozar de Dios en la Gloria. Así sea.
Por La Señal De La Santa Cruz Amen,
(Aquí se pide la gracia que se desea).
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