Amadísima Hostia viva, sostenme en este destierro para
que pueda seguir fielmente las huellas del Salvador.
No te pido, oh Señor, que
me bajes de la cruz sino que me permitas perseverar en ella. Deseo ser
extendida en la cruz como tú, Jesús.
Deseo experimentar todos los tormentos y
dolores que tú sufriste; deseo beber el cáliz de la amargura hasta el fondo.
Santísimo mi Jesús, dame fuerza para soportar los
sufrimientos y para que mi boca no se tuerza cuando bebo el cáliz de la
amargura. Ayúdame tú mismo para que mi sacrificio te sea agradable:
que no lo
profane mi amor propio. Que te alabe, oh Señor, todo lo que hay dentro de mí:
la miseria y la fuerza.
En El Nombre de Jesús Niño te clamamos Padre Amen
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