Amadísimo padre ¡Jesús, qué alegría saber que eres mi
alimento, mi medicina, mi sostén!. Gracias por concederme la gracia de estar
tan cerca de tu amor.
Concédeme acercarme siempre a Ti con la fe y la sencillez
del niño que todo lo espera de su padre. Que mi amor a tu amistad vaya siempre
en aumento y el deseo de poseerte eternamente sea mi única ilusión.
Señor ayúdame a Descubrir el rostro de Cristo supone la fe;
una fe abierta con sencillez y confianza a Cristo, a su Persona, Palabra y
Obra; una fe alimentada en la Eucaristía, el Evangelio y la contemplación de
los misterios de su vida.
en el Nombre de Jesús padre Amen.
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