Poderosa Señora y Madre del Rocío,
Virgen del Espíritu Santo,
yo me entrego enteramente a ti y,
en prueba de mi
filial afecto,
te consagro mi vida,
mi corazón, mi cuerpo
y alma, todo mi ser.
Y ya que soy todo tuyo, ¡oh Madre
de bondad!,
guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya.
En el Nombre de Jesús padre Amén.
Comentarios
Publicar un comentario