Yo me ofrezco al gran Poder de
Dios y los brazos de María Santísima y a los siete Salmos y a la Santísima
Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu santo.
Me ofrezco a los tres cordones
con que amarraron los judíos a Nuestro señor Jesucristo de la Cruz, con estos
mismos cordones sean amarrados todos mis enemigos, desde las manos hasta los
pies, Jesús, líbrame de artes diabólicos, Jesús líbrame de una bala vigorosa y
de toda arma cortante y líbrame también de las malas tentaciones del demonio.
Amen.
Me ofrezco a los siete salmos y
los 47 ángeles del Cielo para que mi persona no sea encarcelada ni mis venas
corrompidas, para que mis enemigos no me persigan con calumnias ni enredos y
que vengan todos humildes a mis plantas, como vino Nuestro señor al Pie de la
Cruz a morir.
Que ojos tengan y no me vean,
manos tengan y no me cojan, pies tengan y no me alcancen y si pensamiento
tienen en mí no piensen.
Amen.
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