Poderoso Caballero San Jorge,
valiente e invencible guerrero
de Nuestra Señora la Virgen
María.
Vengo a arrodillarme delante de
ti,
con fe inquebrantable en tu
poder,
que hirió y abatió al dragón.
Mi querido San Jorge,
con el permiso del Juez eterno
y nuestro Padre Dios
Todopoderoso,
tú, que sostienes la lanza y la
espada
para defender a los oprimidos
y a los que sufren la injusticia,
atiende mi súplica.
Nunca, nunca podrás ser
derrotado,
porque tu fe es inquebrantable,
tú fuerza irresistible
y su escudo es la Cruz de Nuestro
Señor.
Con el permiso de Dios,
te pido que vengas en mi ayuda
y me des el coraje y las fuerzas
necesarias,
bajo tus auspicios,
para hacer frente a mis
adversarios judiciales,
que, con mi derrota, buscan mi
ruina.
Tú eres mi defensor sin miedo,
mi guardaespaldas,
un modelo que todos debemos
imitar
en defensa de la fe en Jesucristo,
defiende mi causa judicial,
tú sabes bien, que tengo derecho
a ello,
no permitas que me hundan
ni moral, ni físicamente.
Pon la justicia de mi parte,
y yo eternamente agradecido,
te veneraré y propagaré tu culto,
para mayor gloria tuya
y de Dios Nuestro Señor.
En el nombre de Jesús padre Amen.
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