Querida Santa Mónica, esposa y madre preocupada, muchas
tristezas se clavaron en tu corazón durante tu vida.
Sin embargo, nunca te desesperaste o perdiste la fe.
Con confianza, persistencia y profunda fe rezaste
diariamente por la conversión de tu amado esposo, Patricio, y tu amado hijo,
Agustín.
Concédeme la misma fortaleza, paciencia y confianza en el
Señor. Intercede por mí, querida Santa Mónica, para que Dios pueda escuchar
favorablemente mi súplica
(mencione aquí su petición)
y me conceda la gracia de aceptar su voluntad en todas las
cosas, por medio de Jesucristo, nuestro Señor, en la unidad del Espíritu Santo,
un solo Dios por los siglos de los siglos.
Amén
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