Poderoso Glorioso padre
nuestro San Juan de la Cruz,
humilde y
entregado,
a quien el Señor
quiso destinar
para compartir con
la santa madre Teresa
los trabajos de la
insigne Reforma de la Orden del
Carmelo,
hasta poblar el
país de monasterios de descalzos
que hicieron
célebre vuestro nombre,
y venerada vuestra
memoria:
yo os felicito
porque os cupo tan gran dicha,
así como por la
felicidad de que gozáis en el
cielo,
en justo premio de
tantas y tan grandes virtudes;
y os pido, santo
padre mío,
ahora que tanto
sufro por amor
me alcancéis de
Dios solución a este grave
problema
que hoy es causa
de mi aflicción
y produce
desesperación en mi vida:
(hacer la petición).
Os ruego venerable
san Juan,
insigne maestro de la fe,
vuestra protección,
amparo y ayuda
en estos aciagos
momentos
en los que mi corazón
esta dolorido;
interceder por mí ante la Virgen
María,
mediadora de todas las gracias,
os suplico con inmensa fe y
esperanza,
para que vea
atendida mi solicitud.
Os pido también me
consigáis
un gran amor a la
Sacratísima Virgen María,
que fue el
principal distintivo de vuestra
gloriosa vida,
para que,
sirviéndola aquí en la tierra,
pueda gozar de
ella con vos en el Cielo.
Amén.
Rezar la Salve, Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
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