Poderoso y Glorioso Arcángel San
Rafael,
medicina de Dios,
guíame (o guía a…) en este viaje
de aprendizaje y purificación,
ayúdame (o ayuda a…) a reconocer
las lecciones que me (le) liberen
de todas mis (sus) culpas,
preocupaciones y pensamientos negativos.
Sé guía en el camino de la
salvación,
en ruta al Amor Divino,
para ver reflejado en toda la
creación,
el poder de regeneración y
curación de Dios.
Te ruego que seas compañero en
este viaje por la vida
y un apoyo constante con la
autoridad que representa tu cayado.
Rodéame (Rodea a…) con el verde
esperanzador y sanador de tu capa,
y derrama tu medicina de luz
sobre todo mi (su) ser.
Gracias amado arcángel Rafael,
por tu amor sanador y compañía
curativa,
en este sagrado peregrinaje del
cuerpo,
para encontrar la unión con el
alma,
según la voluntad divina,
de manera perfecta,
para el bien de todo el mundo,
y bajo la gracia de Dios.
Por Jesús nuestro señor Amén.
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