Poderoso Jesús mi Señor, de esta criatura tuya, redimida por
tu sangre.
Me arrepiento de haber pecado y deseo enmendar mis errores.
Aleja de mí, Padre clementísimo, todas mis iniquidades y
pecados,
para que, limpio de alma y cuerpo,
sea digno de saborear al Santo de los santos.
Concédeme que esta santa comunión de tu cuerpo y de tu
sangre,
que indigno me atrevo a recibir, sea el perdón de mis
pecados,
la perfecta purificación de mis delitos,
aleje mis malos pensamientos y regenere mis buenos afectos;
conceda eficacia salvadora a las obras que a ti te agradan;
y, finalmente, sea la firmísima defensa de mi cuerpo
y de mi alma contra las asechanzas de mis enemigos.
En el Nombre de Dios Padre Amén.
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