Santo eres Mi señor, acordaos de
mí que soy pecador.
Virgen santísima, rogad por mí:
siempre seréis alabada y bendiga.
Rogad por este pecador a vuestro
amado hijo.
Preciosa hermosura de los
ángeles, de los profetas,
de los patriarcas; corona de los
mártires,
de los apóstoles y de los
confesores;
gloria de los serafines; corona
de las vírgenes,
librarme de aquella espantosa
figura cuando
mi alma saliere de mi cuerpo.
¡Oh santísima fuente de piedad y
hermosura de Jesucristo,
alegría de la gloria, consolación
del clero, remedio en los trabajos!
con vos, virgen prudentísima, se
alegran los ángeles.
Encomendad mi alma y la de todos
los fíeles cristianos;
rogad por nosotros a vuestro
bendito hijo, y conducidnos al paraíso eterno,
en donde reináis y vivís para
siempre; y allí os alabaremos eternamente.
Amen Jesús.
Soberana virgen maría, madre de
Jesús, hijo de dios vivo, pues le habéis parido.
Rogad ir todos los pecadores para
que nos perdone.
Librarnos del enemigo que nos
combate y concedednos la gloria eterna.
Amen Jesús.
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