Niña celestial, que con tantos prodigios de gracias te
dignaste mostrar tus deseos de ver honrada tu tierna infancia -aquel período de
tu existencia que fue tan grande ante Dios, por el privilegio de tu inmaculada
concepción y natividad dichosa.
Tú, la más privilegiada entre las hijas de Eva, vuelve hacia
mí, desde esa preciosa Cuna, tus ojos llenos de dulzura y bondad, y continuando
tu oficio de Mediadora y Abogada, haz que vea cumplida mi súplica.
No salga yo defraudada en mis esperanzas de tu venerada
Cuna, sino que consiga las gracias y los consuelos que te pido.
(Realiza la Petición de tus 3 deseos o necesidades)
A mí y a todos, ¡oh María!, alcánzanos el verdadero espíritu
de la devoción a Ti, ¡Virgen Niña!, y el don inapreciable de la perseverancia
final.
Así sea.
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