El fuego no tiene frío, el agua no tiene sed, el aire no
tiene calor, el pan no tiene hambre; cúrame de todo mal Señor, muéstrame Tu
poder.
Bendito sea el Señor Jesucristo, que no rechazó mi oración,
ni retiro de mí su misericordia. Sal de aquí mal inmundo, te lo mando en nombre
de Dios Padre Omnipotente y Omnipresente y en el Nombre de su Divino Hijo
Jesucristo al que toda criatura visible o invisible, tanto en los cielos como
en los infiernos, está obligada a arrodillarse y serle sujeta, sal de aquí maldito,
sal de aquí, que el Señor te lo manda.
Por la voluntad del Señor Todopoderoso, saldrás de aquí e
irás a las profundidades de la tierra o serás devuelto hasta setenta veces
siete a quien con maldad te envío, ya sea mediante conjuro, hechizo u otra
maleficencia, mal ignorado, visto o intencionado.
Sal de este cuerpo e
irás a la tierra o al infierno de donde procedes, caerá como cayó la Sangre de
Cristo crucificado.
El es quien te lo manda,
el que amainó las aguas y expulso a todos los demonios, por
la virtud de su preciosa Sangre eres atado y enviado.
En el Nombre de Jesús padre Amén.
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