Por lo general, al finalizar o al comenzar un año las personas suelen hacerse propósitos que -según ellas- les cambiarán la vida para bien. En esto hay desde los más realistas hasta los más absurdos, y la mayoría se quedan "en el tintero".
La verdad de la que muchas veces no estamos alerta es que podemos modificar nuestras vidas tanto como queramos en el momento en que nos plazca; pero que se posea la voluntad de hacerlo ya es otra cosa.
Pues bien, estamos en un inicio de año que promete cosas maravillosas, pero si eres de esas personas que no saben qué pueden hacer después de estudiar o de salir del trabajo y ya te cansaste de ver televisión o de salir siempre con los amigos a la misma cafetería, te tengo cinco ideas sobre lo que puedes aprender durante este nuevo año:
1. Un segundo idioma
Sin importar la edad que se tenga siempre es bueno aprender un idioma nuevo; no es necesario que organices un viaje de vacaciones a Rusia para aprender a hablar ruso, puedes aprender a hablarlo y escribirlo sólo por el simple placer de proponerte algo diferente en la vida y así salir de tu zona de confort.
Quien aprende un nuevo idioma no sólo está haciendo algo diferente, sino que además está ayudando a su cerebro a ejercitarse y renovarse. Así que no esperes más.
2. Una nueva habilidad
Hay actividades para las que somos diestros y otras que no son nuestro fuerte. En mi caso, me encantaría poder tejer crochet (ganchillo) con la misma habilidad que lo hace mi mamá; sin embargo, por más que lo he intentado debo decir que es algo que no se me da para nada bien, no entiendo los diagramas de las revistas y me hago un nudo con la aguja, así que concluyendo: no es para mí.
Pese a eso, sí me logro defender con tejido en dos agujas. Así como yo (perdón por ponerme como ejemplo) tú puedes explorar tus intereses sin darte por vencido. Puede que lo tuyo sea pintar en tela o diseñar ropa, reparar un automóvil o una motocicleta, no lo sé, pero si no lo intentas no lo sabrás y, de hecho, eso te será muy útil, por lo menos para pasar el rato y conocer personas con tus mismas habilidades (o no tanto).
3. Bicicleta, nado, baile...
Hay personas de 30 años que no saben ni andar en bicicleta o nadar. No se trata de pretender ser ganador de la vuelta a Francia o de las olimpiadas, pero sí de que es una buena forma de mantenerse activo, divertirse en familia e incluso de estar en forma, nada más es cuestión de pedir a alguien que te ayude o te enseñe, con paciencia, y verás cómo eres capaz de lograr lo que sea que te decidas a practicar.
4. ¿Multitask? ¿Por qué no?
¿Eres contador pero te gustaría escribir mucho mejor? ¡Genial! No esperes más y busca cursos en línea que te ayuden a mejorar tu ortografía y gramática. Si puedes, págate un taller que te ayude a lograr esa meta, si no, quizás en la biblioteca de tu barrio o ciudad exista un curso gratis que te interese y ayude a ampliar tu conocimiento; nunca se sabe cuándo ese curso pueda sacarte de un apuro.
5. A montarse ya en el milenio
Hay muchas personas que no saben ni encender una computadora y entrar a internet, ¡sí! Y no pongas esa cara ni digas: "¿A estas alturas del siglo 21?", porque así es. Y si eres una de ellas, que no te dé vergüenza y pídele a tu pareja, hijo o amigo de confianza que te enseñe. Verás cómo aprendes rápido y podrás disfrutar de muchas cosas.
Además de eso podrías aprender a dominar nuevos programas, a editar videos, diseñar cosas para tu casa o incluso trabajar por internet; una multiplicidad de opciones están a tu alcance.
El poder de cambiar tu vida y rutina está en tus manos, es cuestión de que te decidas y lo hagas, así que no esperes más porque la vida no te va a dar tiempo para hacerlo. Te deseo éxitos.
Tomado de familias.
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