Muchas compañías creen que la
innovación puede ser una oportunidad, pero también un riesgo. Por ello
prefieren no arriesgar, y llevan años manteniendo una línea conservadora de su
modelo de negocio. Mientras tanto, en su sector seguramente estén emergiendo
nuevos modelos de negocio que, más que ganar un porcentaje de cuota de mercado,
lo que buscan es quedarse con todo.
¿Qué hacer ante esta realidad:
innovar o intentar mantener el statu quo? Respecto a esto, José López García de
Leániz, CEO de Igeneris, señala: “Lo verdaderamente arriesgado es no hacer
nada”.
Por ello, los expertos en
innovación de modelo de negocio de Igeneris desvelan las 7 cosas que deben
tener en cuenta o hacer todas las empresas y, en concreto, sus áreas de
Innovación si quieren resultados reales en 2018.
Visión y visualización: parecidas,
pero distintas
Antes de emprender cualquier
cambio, es importante saber por qué se hace, comunicar bien esa nueva visión a
toda la organización para que se convierta en un objetivo compartido y, por
último pero no menos importante, visualizar la foto de llegada.
Se trata de hacer ingeniería
inversa. Eso no significa que no se pueda ser ambicioso, todo lo contrario,
pero también realista.
Agenda: no eres nadie sin ella
No se puede estrenar año sin
estrenar agenda y, en el caso de las empresas, con más razón. Todo lo que se
vaya a implementar tiene que estar en los planes de acción del año y previsto
en los presupuestos. Es la única forma de que esté presente en las agendas de
los Comités de Dirección.
Foco: céntrate en un reto
estratégico
Además de visualizar tu objetivo e
incluirlo en tu agenda, es imprescindible circunscribir la innovación a retos
estratégicos; de lo contrario, existirá demasiada dispersión y ambigüedad a la
hora de generar ideas.
Poner el foco en las áreas donde se
vislumbren las mejores oportunidades o en las áreas donde residan las
principales amenazas para la compañía no es incompatible con ser ambiciosos y
soñar.
¿Innovar en producto? Sí, pero
también en modelo de negocio
Hay quien sigue confundiendo o
metiendo en el mismo saco la innovación de producto y la de negocio, pero
conviene distinguirlas bien desde un primer momento. Las dos son necesarias,
pero el botín a capturar no es igual de valioso.
Los nuevos productos son necesarios
para mantenerte en el campo de juego; pero si lanzas un buen producto, te
copiarán enseguida. Un modelo de negocio es más difícil de plagiar, ya que en
él influyen múltiples elementos que, a su vez, pueden tener miles de
combinaciones. El cliente puede que sólo perciba una nueva propuesta de valor,
pero la maquinaria que hay por detrás es difícil de identificar y, por tanto,
de imitar.
Responsabilidad (también aquí)
Debe existir un líder del proyecto
y, preferiblemente, que no pertenezca al Comité de Dirección (estará muy
ocupado), pero con reconocimiento de toda la organización.
Cuantas más personas tengan en su
variable algún objetivo relacionado con la innovación, mejores serán los
resultados.
Presupuesto: nada es gratis
No por ser una perogrullada deja de
ser importante recordarla. Nada es gratis.
Dotar de medios económicos al plan
de acción que se tenga previsto es vital para garantizar la supervivencia del
mismo. Lanzar un plan de acción de innovación cutre o sin presupuesto puede ser
más que contraproducente.
Expectativas: cuidado con ellas
En la innovación no hay atajos: hay
que formar a la gente, fijar retos ambiciosos pero realistas, explicarlos bien
y tener una persona o equipo detrás que monitorice todo lo que va saliendo para
reaccionar rápidamente a lo que no está funcionando. En definitiva, se trata de
gestionar bien las expectativas en todas las direcciones: al Consejo, al
mercado y, sobre todo, dentro de la organización.
Frecuentemente, los programas de
innovación que tratan de involucrar a toda la organización fracasan porque esto
se hace mal. Se piensa que por poner un software de ideas, pedir participación
y conseguirla, ya se ha logrado todo. Y nada más lejos de la realidad: si un
empleado aporta ideas pero estas no se corresponden con el objetivo estratégico
de la empresa (porque no se le ha explicado cuál es), sólo se le generará mucha
frustración.
Según López García de Leániz, tener
en cuenta estos 7 puntos ayudará a las compañías a incrementar sus ventas y
beneficios finales durante el próximo año. Para lograr el éxito, no sólo
tendrán que tener la capacidad de generar buenas ideas con las que conquistar
el mercado sino, además, no conformarse con el statu quo y adquirir habilidades
disruptivas o contar con expertos capaces de implantarlas adecuadamente en su
organización.
Tomado de: solomarketing.es
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