
Ya sea que tenga una enfermedad, problemas económicos o de
pareja, intentamos por todos los medios que su situación cambie para bien. Y
muchas veces no sabemos muy bien cómo actuar.
Puedes llevar a cabo algunos o varios de los siguientes
consejos para ayudar a alguien que sufre:
1. Presta atención a las señales
En ocasiones las personas podemos ser reservados en relación
a nuestros problemas. No se los contamos a nadie, ni siquiera a los más
allegados. Consideramos que cada uno tiene sus propias situaciones adversas
como para preocuparles.
Una buena manera de identificar que el otro no lo está
pasando del todo bien es analizar sus reacciones, sus gestos o incluso sus
palabras. Hay mucho más allá de una sonrisa o un “estoy bien”.
Quizás esa persona no tenga el mismo interés por las cosas
como antes, padezca insomnio o falta de energía, cambios en el humor, etc.
Presta mucha atención para advertir este tipo de señales.
Te recomendamos leer:
Cómo identificar amigos verdaderos
2. Escucha
Sabías que escuchar a la gente que se queja todo el día te
quita energía
Busca el momento y el lugar adecuados para entablar una
conversación en la cual te cuente aquello que le sucede.
Quizás se torne esquivo a tus preguntas o trate de minimizar
la situación, pero tú debes hacerle saber que cuenta con tu apoyo, que no le
juzgarás y que harás lo posible por ayudarle.
No le presiones y deja que hable cuando lo considere
adecuado o haya tomado fuerzas para comenzar la charla.
No le hagas decenas de preguntas. Lo mejor es dejarle que se
exprese.
Sé “todo oídos”, no le interrumpas y permite que hable el
tiempo que sea necesario. Muchas veces desahogarse es el mejor remedio.
3. Busca ayuda
No se trata de entrometerte en su vida, sino de hacerle ver
el lado positivo de buscar ayuda, ya sea psicológica, médica o financiera.
Puedes buscarle información sobre especialistas dedicados a
su problema en particular para que elija el que crea conveniente.
Ten en cuenta que muchas veces una persona que sufre no está
en condiciones para conseguir ayuda profesional. Y por ello tú puedes ser de
gran utilidad allanándole el camino.
El primer paso es convencerle de que debe acudir a un
experto. Si tiene vergüenza, miedo o inseguridad lo puedes acompañar a la
primera consulta.
4. Manténte a su lado
Otra de las maneras de ayudar a alguien que sufre es no
dejarle solo. Esto no significa instalarte en su casa o llamarle por teléfono a
cada rato, pero sí que el otro sepa que estás allí para apoyarle cuando te
necesite.
En ocasiones una persona que no se siente bien cree que se
encuentra solo en el mundo y eso lo hunde más todavía.
En cambio si tú (entre otros) te quedas con él durante sus
peores momentos tendrá cierta esperanza de que puede mejorar y de que merece la
pena el esfuerzo.
Además, de esta manera lograrás que consiga constancia y no
abandone un tratamiento o cualquier cambio de hábito que necesite.
5. No confrontes
Este consejo para ayudar a alguien que sufre puede ser algo
difícil de llevar a cabo porque, por un lado, es fundamental ser firme con el
otro y no dejar que “se derrumbe”.
Aunque no quiera ir al médico o al especialista tienes que
arrastrarle a la consulta, de ser necesario. Incluso si esto genera una
discusión o un conflicto. Piensa que le estás haciendo un bien.
Por otro lado, debes ser lo suficientemente flexible como
para evitar las confrontaciones.
Ten en cuenta que una persona que está pasando por un mal
momento a veces estará alegre, otras triste, en ocasiones se sentirá enérgico y
en otras de mal humor… y tú debes amoldarte a esos cambios.
No impongas tus opiniones y habla con él de manera tal que
crea que ha tomado las decisiones por sus propios medios.
6. No le abrumes con consejos
Seguro que ya ha oído palabras similares en labios de otras
personas y no quiere que tú también le des un sermón sobre lo que debe y lo que
no debe hacer.
Háblale, sí, pero no le agobies con lecciones de vida ni
nada por el estilo. Sé paciente e identifica en qué momento es mejor abrir la
boca y cuando es recomendable callar.
7. Sé paciente
Algunos problemas o enfermedades tardan más tiempo en
solucionarse que otras. Incluso hay ciertas dolencias que no tienen fin pero se
pueden mejorar poco a poco.
Los procesos son extensos y no puedes claudicar. Debes tomar
el compromiso de estar a su lado todo el tiempo que sea necesario y dedicarle
parte de tus horas libres.
¿Qué hacer si la otra persona no quiere hacer nada al
respecto? Está en ti convencerle. Darle los motivos suficientes como para
seguir adelante o que, al menos, haga el intento de mejorar.
Háblale de los beneficios de ciertas terapias, muéstrale
casos similares donde hubo cambios positivos o, simplemente, dile que es muy
importante para ti y que eso debería ser suficiente como para que entre en
acción.¡No olvide dejar sus comentarios!
Fuente: Mejorsalud
¿Te ha interesado este artículo? Mantente informado con el mejor resumen de noticias, entretenimiento, consejos para tu desarrollo personal y mucho más solo aquí.
Comentarios
Publicar un comentario